La preocupación de Augusto por la 'repoblación del imperio' hizo que promulgara leyes que perseguían y castigaban el celibato. En este contexto se considera que surgió la fiesta de la Lupercalia, como un rito para procurar la fecundidad.
Los Lupercos, el colegio sacerdotal encargado de estas fiestas, eran elegidos anualmente y tenían su sede en el Lupercal. Al principio sus miembros eran pastores, aunque posteriormente, se elegían entre las familias más importantes de la ciudad. En el 44 a C. Julio César creó una nueva división que llevaría su nombre, los Luperci Iulii, el primer representante de los cuales fue Marco Antonio.
Según Plutarco y Ovidio podemos estructurar así el ritual de las Lupercales:
I.-Un sacrificio animal, de una cabra, un perro, o macho cabrío en la entrada del Lupercal. Al concluir el sacrificio se presentaban delante del altar dos jóvenes a los que el sacerdote manchaba sus frentes con la sangre del animal, momento en que los ungidos debían reír.
II.-Los Lupercos, mientras tanto, desuellan las cabras sacrificadas y cortan las pieles en tiras largas, con las que cada uno se confecciona un taparrabos y un látigo, e inician una carrera por el Palatino en la que dan latigazos a toda persona que se cruce con ellos. Las mujeres se ofrecen voluntariamente a ser golpeadas en las manos o en las espaldas, puesto que se cree que los latigazos las ayudaba a concebir y a dar a luz fácilmente.
Hecho esto, cortan correas de las pieles de las cabras, y, ciñéndose con ellas, dan a correr desnudos, golpeando a cuantos encuentran; y las mujeres hechas no huyen de que las hieran, creyendo que esto conduce para que conciban y paran felizmente. Muchos de los jóvenes patricios corren por la ciudad, desnudos, hiriendo por juego con correas a los que encuentran. Se les ponen delante muchas mujeres y presentan las palmas de las manos a sus golpes, por estar persuadidas de que esto aprovecha a las que están encinta para tener buen parto, y a las que no tienen hijos para hacerse embarazadas. .. las jóvenes ofrecen las espaldas para ser golpeadas con las correas cortadas de la piel de la víctima sacrificada. III.-Un banquete con la carne de la víctima entre los miembros del colegio sacerdotal ponía fin a la ceremonia pública del sacrificio.
En las lupercalia del año 44 a.C ocurrió algo especial: Marco Antonio participó como representante de los Luperci Iulii y, al finalizar la carrera, le habría ofrecido diversas veces a César una diadema de laurel, al estilo de las de los antiguos reyes helenísticos, que César rechazó. Seguramente eran ya entonces fiestas licenciosas a tenor de la severa descripción que Cicerón dio de Marco Antonio cuando éste participó en ellas: nudus, unctus, ebrius.Las ceremonias son las que hacen muy difícil de adivinar el motivo de la institución. Empiézase por matar algunas cabras; después a dos jovencitos ingenuos, que se les ponen delante, unos les manchan la frente con el cuchillo ensangrentado, y otros los limpian al instante, para lo que llevan lana empapada en leche; y los jovencitos, luego que los limpian, deben echarse a reír. Hecho esto, cortan correas de las pieles de las cabras, y, ciñéndose con ellas, dan a correr desnudos, golpeando a cuantos encuentran; y las mujeres hechas no huyen de que las hieran, creyendo que esto conduce para que conciban y paran felizmente. Es también ceremonia singular de esta fiesta el que los Lupercos sacrifiquen un perro.
El poeta Butas, que escribió en verso elegíaco fabulosos orígenes de las cosas romanas, dice que vencido Amulio por Rómulo y Remo, vinieron éstos corriendo con algazara al sitio donde siendo niños les dio de mamar la loba; que la fiesta es imitación de aquella carrera, y los nobles van por todas partes hiriendo a los que al paso se presentan, como entonces corrieron Rómulo y Remo con espada en mano; y que el llevar a la frente el acero ensangrentado es símbolo de la carnicería y peligro por que entonces se pasó; y el limpiar la mancha con leche, recuerdo de su crianza.
Pero Gayo Acilio refiere que antes de la fundación sucedió que los ganados de Rómulo y Remo se desaparecieron, y haciendo plegarias a Fauno, echaron a correr desnudos en busca de ellos para que el sudor no les sirviera de estorbo; y que por esto corren desnudos los Lupercos.
En cuanto al sacrificio del perro, se podría decir, si éste es de purificación, que lo emplean como víctima expiatoria, porque también los griegos en las que llaman expiaciones ofrecen cachorrillos.
Si por otra parte esto se hace en memoria de la loba y del triunfo y salvación de Rómulo, no erradamente se mata un perro, como enemigo que es de los lobos; a no ser que por caso sea castigo que se da a este animal por lo que suelen estorbar a los Lupercos en su carrera.
En el año 392, el emperador Teodosio declara ilegal el paganismo y se condena a pena capital la adoración de ídolos, la realización de sacrificios y la visita de los templos, desaparece el colegio sacerdotal de los Lupercos, y las Lupercales pierden su significado religioso, sin embargo en el calendario de Polemius Silvius del 448 siguen apareciendo las Lupercalia mezcladas con fiestas cristianas. En tiempos del Papa Gelasio (pontificado del 1 de marzo del 492 al 19 de noviembre del 496 ), quien publicó un decreto contra esta festividad, se habla nuevamente de la 'degeneración' de las Lupercales. Los sacrificios ya no se pueden realizar y nada queda ya de la desnudez ritual. Con la ausencia de los sacerdotes Lupercos, son la gente del común los participantes, y los cantos en honor a Fauno o Pan, han sido sustituidos por canciones festivas y licenciosas. El decreto de Gelasio acabó prohibiendo oficialmente las Lupercales, si bien sus acusaciones van dirigidas a los cristianos, que participaban en ellas:
“Pero, ¿qué vais a decir vosotros, que defendéis las Lupercales y proponéis que se celebren? Vosotros las despreciáis y hacéis grosero y vulgar su culto y su celebración. Si la aversión a las Lupercales nos trajo desgracias, vuestra es la culpa, de vosotros que lo que pensáis que os es extraordinariamente útil os disponéis a celebrarlo con extrema negligencia y con un cuidado y devoción bastante inferiores al modo en que lo celebraron vuestros antepasados del paganismo. En aquellos tiempos, incluso los nobles corrían y las matronas, con su cuerpo desnudo a la vista de todos, recibían azotes. Por tanto, vosotros fuisteis los primeros que atentasteis contra las Lupercales. Hubiera sido mejor no celebrarlas que hacerlo con injurias. Sin embargo, este culto que os es tan venerable y que consideráis saludable, lo habéis reducido a gentes comunes y vulgares, humildes y de baja condición.” Una carta del papa Gelasio (492-496)contra una fiesta popular. Debido al componente de marcado caracter sexual al que habían llagado las lupercales, Gelasio I intentó eliminarlo al instituir la festividad de San Valentín el 14 de febrero, como fiesta de los enamorados. Tomado de Hortus Hesperidum / Ὁ κῆπος Ἑσπερίδων
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