29 de noviembre de 2009

GINKGO biloba un árbol muy especial


El orden de las Ginkgoales pertenece a un "linaje de la botánica" muy antiguo, que contiene numerosos géneros y especies actualmente extinguidos. Las Ginkgoáceas están representadas por una sola especie viviente: el Ginkgo biloba. Fuente Biología y Botánica

El Ginkgo biloba es un "fósil vivo". Sus parientes más cercanos se encontraron fosilizados y databan del Pérmico, hace unos 270 millones de años. Esta especie arbórea se extendió por todo el hemisferio Norte durante el Jurásico medio y el Cretáceo, para comenzar a escasear a partir de entonces. En el Paleoceno, el Ginkgo biloba actual era la única especie que quedaba y, al final del Pleistoceno, los fósiles de Ginkgo desaparecieron de todos los registros a excepción de una pequeña zona de la China central donde habían sobrevivido.

La reproducción del Ginkgo biloba es muy extraña y primitiva: el Ginkgo es una gimnosperma. Sus "brotes femeninos" llevan dos óvulos cada uno. Cuando el viento los poliniza, introduce dos anterozoides. El fruto cae antes de que los anterozoides fertilicen los óvulos.
Mucho tiempo después, ya descompuesta la pulpa que envuelve al óvulo, los anterozoides nadan ayudándose con sus cilias hasta la cámara polínica de la oosfera y fertilizan uno de los dos óvulos, produciendo la semilla. Sólo el Ginkgo y las cicadáceas tienen "esperma" móvil, capaz de alcanzar la cámara desplazándose por sus propios medios. Casi todas las gimnospermas son monoicas, es decir que ambos sexos conviven en la misma planta, en el Ginkgo biloba nos encontramos árboles macho y árboles hembra.

Los dinosaurios fueron los responsables de "escarificar" las semillas de los Ginkgos, es decir, que ingerían el fruto (óvulo) del árbol y al defecar lo dejaban convertido en semilla. Pero, tras la desaparición de los dinosaurios en el Jurásico, sobrevino una época crítica que casi llevó a la extinción a este preciado árbol, sólo resuelta con el advenimiento de los mamíferos que prosiguieron la labor de fecundación del óvulo de Ginkgo biloba, aunque con menos acierto que los dinosaurios.


En 1691, el botánico alemán Engelbert Kaempfer descubre un ejemplar de Ginkgo en Japón, luego se encontrarían miles. Por un azar del destino, el Ginkgo había sobrevivido en China. Los monjes budistas conocían sus múltiples propiedades fitoterapéuticas, por lo que lo protegieron y comenzaron a cultivar de forma artificial. En el siglo XII los monjes lo introdujeron en Japón, y allí comenzó a extenderse su cultivo, más que en China.


En el siglo XVII fue introducido en Francia y Alemania, debido a sus propiedades medicinales, y en el siglo XX en Santiago de Compostela como árbol de ornamentación del Campus Sur Universitario.

El Ginkgo biloba es conocido por sus efectos terapéuticos, aunque algunos no han sido comprobados de manera fidedigna.

El Ginkgo biloba es especialmente resistente a plagas, contaminación y temperaturas extremas. En 1945, tras la explosión nuclear que devastó la ciudad de Hiroshima, el Ginkgo plantado en pleno centro de la ciudad soportó sus efectos y volvió a florecer en 1946.

2 comentarios:

Laura MT dijo...

Goethe dedicó este poema a una amiga, inspirado en los ginkgos que crecían en su jardín:

<< La hoja de este árbol,
que a mi jardín confió el oriente,
deja entrever su sentido secreto
a la sabiduría que sabe entenderlo.
¿Será este un ser único
que de sí mismo está separado?
¿O bien dos que se han elegido
y que no quieren ser más que uno?
Respondiendo a ésta pregunta he penetrado el sentido del enigma.
¿No sientes tu tras mi canto,
que soy uno y por tanto dos?

(Heildelberg, 1815)

Te recomiendo este libro de un paisano tuyo :)

Abella Ignacio (1996) "La Magia de los Árboles" Oasis S.L

Aranza dijo...

Post bastante antiguo, lo sé, pero no he podido evitar pararme a mirar las fotos y leer el poema del último comentario. Tengo una dulce relación con el ginkgo desde hace algo más de un año que empecé a leer sobre su historia y sus propiedades y hasta he plantado dos en mi jardín. un saludo