31 de diciembre de 2010

Cuento navideño: El toro "Tame" no quería morir

"Tame" nació y se crió en Salamanca, cumplía 2 años y, lo que parecía más interesante para los humanos, ya pesaba 452 kilos, síntoma de que este fin de año 2010 se podrían hacer unos buenos chuletones con él.

Pero Tame quería revelarse ante un destino impuesto desde su nacimiento, era poco probable que triunfara pero al menos lo iba a intentar. Fue vendido a la empresa Frigolouro/Coren, y traladado a O Porriño.


El lunes, 27 de diciembre, Tame saltó la valla de metro y medio que le separaba de la libertad, durante 26 horas paseó, brincó y corrió cuanto pudo para librarse de los vecinos, operarios de Frigolouro, guardias civiles a pie y a caballo, cámaras de televisión, que se asombraban de sus ganas de no morir.

Se arriesgó a que, en aras de la seguridad ciudadana, un arma con munición real acabara con su vida. El SEPRONA solicitó la presencia de un veterinario con dardos tranquilizantes. Esto facilitó la labor de atrapar a Tame, aunque no lo puso fácil.

Acabada su aventura fue reducido y conducido de nuevo al matadero, el lugar del que con tantos esfuerzos se había escapado.



El plazo que debía de transcurrir tras administrarle los sedantes, antes de ser sacrificado, dio tiempo a que multitud de ciudadanos y asociaciones defensoras de los animales se interesaran por el futuro de Tame. Y su lucha por la libertad se vio recompensada:

Tame, el toro que escapó del matadero de O Porriño, ha sido cedido a la Fundación Altarriba por la empresa Coren, que además se ocupará de su traslado hasta la finca en Barcelona donde el animal podrá vivir en libertad mientras dure su vida natural.

La entrega se ha hecho ante notario el 30 de diciembre en Porriño, al representante de Fundación Altarriba, Julio Ortega, aunque "Santiago", como se llamará ahora el toro, no viajará a Barcelona hasta la primera semana de enero de 2011.

Actualización, 2012: 
 
El toro Santiago ("Tame"), febrero de 2012
El toro Santiago ("Tame") pertenece a una especie muy sociable. Se trata de animales complejos, con capacidad de establecer relaciones de amistad, de anticipar el futuro, y de padecer dolor, miedo y ansiedad. Esta realidad le hizo girar en el matadero, hacia la puerta, y le dio fuerza para saltar una valla y huir. A fecha de hoy lleva una vida normal de toro, que no es otra que comer, olisquear, tumbarse al sol, y observar lo que ocurre a su alrededor con curiosidad. A falta de otros compañeros vacunos, ha aceptado encantado la amistad de perros y gatos. Altarriba.org
 El toro Santiago ("Tame"), 2011


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