18 de octubre de 2008

La Soledad de Asturias en la Revolución de Octubre de 1934



La instauración de la República en Abril de 1931 despertó las esperanzas de una buena parte de los sectores asalariados, quienes pensaron que había llegado por fin la hora de satisfacer sus demandas.
La coalición formada por republicanos de izquierda y socialistas se hizo con el poder tras la dimisión del republicano de derechas Niceto Alcalá Zamora en octubre de 1931. El nuevo gobierno presidido por el republicano de izquierdas Manuel Azaña tenía una tarea harto difícil por delante, cumplir con las enormes expectativas generadas por el cambio de régimen, no sólo entre las capas medias de la población, sino también entre los trabajadores. El panorama se tornó muy complicado.







A las contradicciones existentes en el bloque social que sustentaba al nuevo gobierno (los republicanos de izquierda y los seguidores de Indalecio Prieto en el PSOE, y los pertenecientes al ala más radical acaudillados por Francisco Largo Caballero) se le sumó la acción de las derechas aglutinadas en torno a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), partido estrechamente ligado al clero y que desde un principio se opuso sistemáticamente a todas las iniciativas impulsadas por la coalición gobernante.



La CEDA acataba el régimen republicano y su nueva constitución siempre que éstos no se revelaran contrarios a los intereses de la Iglesia Católica. El parlamento y las demás instituciones republicanas no gozaban de la simpatía ni de la lealtad de los miembros de la CEDA. No es de extrañar entonces que en el seno de la CEDA se desarrollasen tendencias anti-democráticas que llegaban a cuestionar la autoridad del líder y mentor del partido, José María Gil Robles.



La política española hacia mediados de 1934 constituía un escenario cada vez más polarizado. Las políticas aplicadas desde el gobierno, de corte derechista, y que incluían una fuerte represión sobre el movimiento obrero, generaban un clima de creciente enfrentamiento que estallaría finalmente en el mes de octubre, cuando la CEDA el 1 de octubre quita el apoyo parlamentario al gobierno radical, generando una crisis de gobierno que sólo podía resolverse con la entrada de miembros de la CEDA al gobierno, lo que se produciría el 3 de octubre. La izquierda, que venía amenazando con lanzarse a una insurrección armada en el caso de que la CEDA formase parte del gobierno, actúa en consecuencia.

El 4 de octubre, el Comité Revolucionario socialista de Madrid ordena comenzar la insurrección. No eran claros los objetivos políticos que perseguían los dirigentes socialistas con el levantamiento. Probablemente intentaban realizar una demostración de fuerza para obstruir el acceso al poder de la CEDA. O a lo sumo conseguir derribar al gobierno de radicales con apoyo ‘cedista’, para sustituirlo por un gobierno de izquierdas moderado que se mantuviese dentro del marco del orden social burgués.


La CEDA con Gil-Robles a la cabeza había calculado las consecuencias de su entrada en el gobierno, prefiriendo provocar un levantamiento de las izquierdas revolucionarias mientras estuviesen en condiciones suficientemente favorables para infringirles una derrota.
En 1933, la CEDA, con 115 diputados, se convirtió en el partido más numeroso de la Cámara de diputados. Gil-Robles formó parte del Gobierno Lerroux en 1935, como ministro de la Guerra, colocando en puestos de responsabilidad a militares como Franco, Fanjul o Goded, más tarde protagonistas de la sublevación.





La única región española en la que el levantamiento adoptó proporciones de importancia y resultó una verdadera amenaza fue en Asturias. Este hecho se debió, en gran parte, a la radicalización existente entre los trabajadores de esa región. Esta radicalización hizo que en Asturias fuese claro el carácter del movimiento, puesto que los obreros realizaron un intento revolucionario consciente y decidido, orientado a terminar con el sistema capitalista y a sustituirlo por un régimen socialista.



Para ello se contó con una planificación militar emanada de un Comité Provincial Revolucionario que se llevó a cabo con relativo éxito, logrando controlar un tercio del territorio asturiano durante unos días. El plan de los revolucionarios que preveía un rápido dominio de las cuencas mineras para luego avanzar sobre Oviedo se cumple pero con retrasos. La cuenca minera no logra ser controlada con la rapidez esperada, teniendo este hecho como consecuencia un reagrupamiento y reposicionamiento de las fuerzas del gobierno en Oviedo que contaron con tiempo suficiente para prepararse y resistir el asedio de los mineros, cuyo principal armamento era la dinamita, ocupando puntos estratégicos.



Por otro lado, la importancia que se dio a la ‘toma de Oviedo’ (en la que los mineros veían el centro de poder de sus enemigos: la burguesía asturiana, el gobierno y la Iglesia) hizo que se descuidasen posiciones estratégicas como la ciudad portuaria de Gijón, uno de los puntos por los que ingresarían tropas gubernamentales para reprimir el levantamiento.

En los primeros días de la insurrección, que estalla el 5 de octubre en Asturias, los revolucionarios logran controlar la cuenca minera, después de enfrentarse a la guardia civil. En las poblaciones de la cuenca se forman comités obreros compuestos por militantes de las diversas organizaciones que formaban la Alianza Obrera, pero con composición variable.


Los comités locales controlaban todos los aspectos de la organización social que incumbían a un gobierno. Aparte de las cuestiones militares, se ocupaban del abastecimiento y racionamiento de alimentos, de la sanidad y las cuestiones laborales, de las comunicaciones, la propaganda, el orden público y la justicia. El dinero quedó abolido y se sustituyó por bonos expedidos para cada familia y válida para una cantidad de alimentos determinada, de acuerdo con un censo riguroso.”





Una vez controlada la cuenca minera comienzan a dirigirse columnas de obreros armados hacia Oviedo, donde los trabajadores no habían actuado con la decisión necesaria, dando lugar a que las fuerzas gubernamentales ocuparan posiciones estratégicas para resistir.

“En la capital asturiana se combatió encarnizadamente durante varios días, casa por casa, llegando los revolucionarios a controlar la mayor parte de la ciudad pero sin conseguir acabar con algunos puntos de resistencia (los cuarteles, el edificio del gobierno civil o la catedral) que nunca pudieron ser dominados.”





En Gijón y principalmente por la escasez de armamento, sólo se logran dominar algunos sectores de la ciudad pero pocos días y no se consigue impedir el desembarco de tropas del ejército (al mando del coronel Yagüe). En esta localidad había una fuerte presencia de la CNT, principalmente entre los obreros portuarios. El máximo dirigente de la Regional asturiana de la CNT, José María Martínez, había insistido a los miembros del Comité Provincial Revolucionario sobre la necesidad de enviar armamentos y combatientes hacia Gijón; a pesar de ello, esta demanda no fue atendida. Sólo llegaron columnas a Gijón desde La Felguera, localidad metalúrgica en la que existía un claro predominio sindical de la CNT.

El mayor obstáculo con el que chocaron los revolucionarios asturianos fue el aislamiento, dado que en el resto de España el movimiento había fracasado rápidamente. Las fuerzas represivas del gobierno se encontraron libres para reprimir a Asturias. A medida que iban llegando las noticias sobre la situación existente fuera de la región asturiana y a medida que iban arribando las tropas del ejército se hacía cada vez más claro que los revolucionarios no podrían vencer.




El 11 de octubre se disuelve el Comité Provincial Revolucionario que residía en Oviedo huyendo a la desesperada todos sus miembros al enterarse de la entrada a la ciudad de las tropas al mando del general López Ochoa. Pero las bases obreras convencidas de que en toda España estaba triunfando la revolución exigen que se continúe la lucha. Por eso se forma un nuevo Comité que se traslada a la localidad minera de Sama de Langreo y que remplazaría al Comité disuelto.



En Oviedo se prolongarán los combates hasta el 17 de octubre. Ese día el presidente del nuevo Comité Provincial, el dirigente socialista Belarmino Tomás, negociaría con el general Eduardo López Ochoa y Portuondo las condiciones de rendición. Los revolucionarios se comprometían a entregar todo su armamento a cambio de que se garantizara que las tropas marroquíes no ocuparían la cuenca minera. Estas condiciones no fueron cumplidas, desatándose sobre Asturias una feroz represión ejercida por todos las fuerzas represivas: guardia civil, tropas coloniales y peninsulares del ejército.



En el resto de España la situación fue muy diferente. En Cataluña el carácter de la insurrección no aparece con claridad. Por un lado el gobierno catalán –la Generalitat, en manos de Esquerra Republicana de Cataluña - intenta levantarse contra un gobierno al que considera una amenaza para su autonomía y con el que se encontraba en conflicto abierto. Por otro la CNT, en conflicto con la Generalitat, que restringía sus actividades (a través de detenciones, censura, cierre de locales sindicales) se mantiene expectante. El 3 de octubre el comité regional catalán de la CNT hace público un manifiesto en el que advertían:

Para el pueblo escarnecido, para los explotados, no puede haber diferencias entre los gobernantes…todos son iguales en la persecución del proletariado, todos son fascistas cuando de defender privilegios se trata…Que nadie se preste a servir de juguete en las luchas que puedan producirse, ya que en ello no tenemos nada que ganar…Que nadie secunde movimientos que no vayan garantizados por las decisiones de la organización. Todo por la CNT. Nada por los políticos.”




La CNT no se movería. Desde su hostilidad hacia la Generalitat y la Alianza Obrera, ni siquiera proclamaría una huelga general. El 5 de octubre de 1934 los trabajadores pertenecientes a la Alianza obrera comenzaron una huelga general en Barcelona que tuvo poco éxito.

El día seis de octubre  Lluís Companys, presidente de la Generalitat, proclamaba el estado catalán dentro de la República española federal. La Generalitat había procedido a detener a numerosos militantes de la CNT y a suspender el órgano de prensa de la CNT catalana. Militantes de la Confederación habían intentado reabrir algunos locales sindicales, enfrentándose con los ‘escamots’ y la policía catalana.

Con todo, el movimiento fracasaría rápidamente. Teniendo como único apoyo armado a los escamots, los catalanistas se rindieron el 7 de octubre en cuanto llegaron a Barcelona tropas del gobierno central al mando del general Batet, que encontraron escasa resistencia a su paso.



En Madrid, dado el peso que allí poseían los socialistas, el éxito del levantamiento dependía en gran medida de su actuación. A pesar de la retórica revolucionaria que el PSOE había adoptado, los socialistas pronto mostrarían sus ambigüedades y su falta de decisión. El movimiento se reduciría en la capital española a una huelga general, declarada por la UGT con el apoyo de la CNT, que resultó ser de una amplitud importante y algunos enfrentamientos aislados con las fuerzas del gobierno, que lograron controlar la situación sin dificultades mayores. Así pues, el movimiento había fracasado rápidamente.


El 11 de octubre el Comité Revolucionario de Madrid se reunía con representantes de la UGT, que comunican que Largo Caballero no deseaba acciones conjuntas con la CNT. El Comité se disuelve. El levantamiento, de todas formas, ya estaba derrotado y Madrid bajo el control del gobierno.

En otras regiones españolas: Levante, Andalucía, el País Vasco, el levantamiento se redujo a huelgas generales con mayor o menor alcance.

Después de la insurrección de 1934 aparecen algunos análisis sobre la participación de la CNT en este proceso. La cuestión más problemática giraba en torno a la actuación de la Confederación en Cataluña, su baluarte histórico. Había resultado llamativo el hecho de que la CNT, la organización obrera y revolucionaria más radical de España, no se había movilizado para apoyar el intento revolucionario más serio y decidido que jamás haya realizado la clase trabajadora española.


La misma CNT que antes había censurado y condenado con dureza las orientaciones adoptadas por la regional asturiana, después de la insurrección la rodeará de una aureola de gloria, además de utilizar su actuación para defenderse y mantener su prestigio.


Abad de Santillán ( CNT y FAI) en un artículo publicado en Solidaridad Obrera en enero de 1935, y Manuel Villar (CNT y FAI catalana, y director de Solidaridad Obrera en el momento de la insurrección) expondrían algunos de los argumentos de los análisis realizados desde los medios libertarios sobre el desempeño de la CNT en los hechos de octubre de 1934. Ambos afirmaban que la CNT catalana no había participado en la insurrección porque no estaba en condiciones de hacerlo, pues se encontraba en una situación de cuasi clandestinidad bajo la represión de la Generalitat, con más de ocho mil activistas presos, los locales cerrados y sin armamento. Alegaron que los levantamientos impulsados por los libertarios en 1932 y 1933 habían consumido las fuerzas de muchas regionales y desatado una dura represión sobre ellas.

Lo sucedido en Asturias toma por sorpresa a la CNT que quedará algo desprestigiada, después de la insurrección, por su pasividad en Cataluña. Según Abad de Santillán, la CNT catalana desconocía la situación existente en Asturias, por eso habría ordenado el 7 de octubre volver al trabajo a los obreros que espontáneamente habían apoyado la huelga.



La actitud claramente pro-patronal de la mayor parte del catolicismo español generó mucho resentimiento entre una buena parte de la clase trabajadora. Sus compromisos económicos y políticos con los sectores dominantes eran mucho más fuertes que su sensibilidad social. Esa actitud pronto fue tomando la forma de actos de violencia por parte de los obreros contra los miembros del clero, a quienes veían como potenciales enemigos. 

En la ‘Semana Trágica de Barcelona’ en 1909 fueron incendiados algunos templos en las barriadas obreras, la quema de iglesias y conventos en Madrid en el mes de Mayo de 1931, y finalmente los fusilamientos de religiosos en Turón durante la Revolución de Asturias de 1934 serían eslabones en la larga cadena de actos de violencia anticlerical que fueron propiciados por la actitud hostil e indiferente de la mayor parte de la Iglesia frente a la lucha de los trabajadores españoles por mejorar sus condiciones de vida. Tomado de La revolución en Asturias en 1934


El balance de la Revolución asturiana arroja 1400 muertos, más de 2000 heridos y 30000 prisioneros. Las organizaciones socialistas serán disueltas y las Casas del Pueblo clausuradas.



El historiador libertario Abel Paz rescatará la experiencia asturiana como una muestra de que las principales tendencias del movimiento obrero español podrían encontrar formas de coexistencia revolucionaria:


- “La revolución en España, sus rasgos más definitorios se dieron en realidad el 6 de octubre de 1934 en Asturias. Allí la alianza obrera entre CNT y UGT fue la que hace que aparezca ya la comuna, la colectivización era un acuerdo entre socialistas y anarquistas con el que se intentaba conseguir un socialismo libertario pero en general fue la tendencia libertaria la que influyó en esa revolución. Hasta ese momento la CNT había intentado movimientos de carácter insurreccional pero no había alcanzado a las bases de la UGT. La alianza era imprescindible. En una población activa de 9 millones de trabajadores, la UGT contaba con un 1.200.000 afiliados y la CNT con 1.500.000, nada que ver con la afiliación de hoy. La gente era muy activa aunque la burocracia socialista frenaba la alianza entre sindicatos. Pero en las elecciones de febrero de 1936, ganó el frente popular frente a las candidaturas de las derechas. Cuando la izquierda llega al poder la gente que la ha votado no es ya la misma que la había votado en 1931. Algo ha cambiado, hay más experiencia. No esperan que haya una amnistía si no que pasan a la acción y de inmediato abren la puerta a 80.000 presos. Los campesinos no esperan a que se reinicie el debate de la reforma agraria si no que se lanzan a ocupar las tierras. En el mes de marzo son 80.000 los campesinos que en Extremadura, Andalucía y La Mancha se incáutan de los feudos. No toman la tierra para ellos sino que la colectivizan, la toman para trabajarla en comunidad. En marzo de 1936 se inicia la revolución de manera pacífica.(…)El gobierno de Azaña no lo ve con buenos ojos. A ningún político le gusta verse desbordado por las bases, pero tampoco puede enviar guardias civiles a expulsar campesinos. Y las comunidades agrícolas empiezan a desarrollarse. Mientras tanto la derecha se precipita hacia el golpe militar. Aleccionada por la revolución de octubre de 1934, fortifica sus alianzas.”

___________________________
Oviedo renace de los escombros
____________________________






_______________________
Guerra Civil Española 1936/39
________________________

_______________________
Federación Socialista Asturiana
_______________________





















___________________________
Fuente fotografías Revolución 1934


13 de octubre de 2008

Evolución histórica: Ordenadores e Informática



En 1614 el escocés John Napier publica una obra en la que se explica por vez primera el uso del logaritmo, función que permite transformar las multiplicaciones en sumas y las divisiones en diferencias. El cálculo logarítmico supuso para los astrónomos de la época un adelanto semejante al que supusieron las computadoras en el siglo XX.
En 1617 Napier da a conocer el ábaco rabdológico cuya función era calcular productos y cocientes. Estaba compuesto por una tabla numerada en un lateral y varias varillas de marfil.


Ábaco neperiano (Museo Arqueológico Nacional español)


Pocos años más tarde, entre 1620 y 1630, aparece la regla de cálculo, invento que se atribuye a William Oughtred. La regla de cálculo permitía realizar operaciones aritméticas mediante escalas basadas en los logaritmos: se emplean líneas superpuestas de números que se desplazan, permitiendo realizar los cálculos.


En 1623 el astrónomo alemán Wilhelm Schickard inventa la primera máquina de cálculo, a la que llamó reloj calculador y que fue ideada para ser usada por su amigo astrónomo Johannes Kepler, a quien escribió unas cartas en las que adjuntaba diversos bocetos del invento y detallaba su funcionamiento (usaba discos dentados), lo que sirvió para hacer una reconstrucción a escala que está expuesta en el Museo de la Ciencia de Munich.




El modelo original fue destruido en un incendio. Es considerada como la primera calculadora mecánica.


El físico y matemático francés Blaise Pascal a la edad de 19 años desarrolló, en 1642, un calculador mecánico, primeramente llamado Máquina aritmética, y después Pascalina, para realizar sumas y restas. Usaba un sistema de ruedas dentadas similar al que ideó Schickard. La base de las operaciones consistía en contar los dientes de un engranaje, al igual que un cuenta kilómetros.

Uno de los primeros lenguajes de programación informática lleva su nombre: el lenguaje Pascal (1970).
Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), filósofo, matemático, físico, jurista y político alemán, tiene también un lugar importante dentro de la historia de la informática. Mención especial merece la creación del cálculo infinitesimal, descubrió el cálculo diferencial.
Fue el precursor de la lógica matemática, proponiendo un sistema binario para la realización de cálculos.



También inventó una máquina de cálculo que se llamó Calculadora Universal, capaz de realizar sumas, diferencias, multiplicaciones, divisiones e, incluso, raíces cuadradas. Su elemento característico era un tambor cilíndrico con nueve dientes de longitud variable, llamado rueda escalonada o rueda de Leibniz, que se encuentra en prácticamente todas las calculadoras mecánicas posteriores, incluso en algunas del siglo XX.


Estas no eran máquinas automáticas ya que requerían la intervención humana durante el proceso.
A comienzos del siglo XIX, el francés Joseph-Marie Jacquard inventa un telar mecánico cuyos diseños se reproducían gracias a una serie de tarjetas perforadas, las cuales permitían repetir el diseño del dibujo en la tela siempre que se desease. Las tarjetas perforadas transmitían a la tejedora las instrucciones necesarias para su funcionamiento.

El matemático e ingeniero británico Charles Babbage es considerado el auténtico padre de los ordenadores. Debido a los numerosos errores que se producían en el cálculo de tablas matemáticas, tuvo la idea de crear una máquina que ejecutara ese trabajo, eliminando el error humano y facilitando la tarea de realizar operaciones repetitivas. En 1822 presentó su proyecto para el desarrollo de la 'máquina diferencial' en la Royal Astronomical Society. Resolvía polinomios de segundo grado mediante un método numérico diferencial. Era capaz de realizar cualquier cálculo y de almacenar programas.



En 1833, Charles Babbage se centra en un nuevo proyecto: una máquina que tuviera un propósito general, que fuera capaz de resolver múltiples problemas matemáticos. La llamaría Máquina Analítica. Funcionaba a vapor y constaba de un mecanismo de entrada y salida mediante tarjetas perforadas basadas en el modelo de Jacquard, una memoria para 1.000 números de 50 cifras, una unidad de control para que las operaciones se realizasen en el orden correcto y una unidad aritmético-lógica para los cálculos. Incluso disponía de un sistema de impresión en papel similar al que se usaría varias décadas después. Este invento es considerado el primer ordenador de la historia.

Babbage contó con la colaboración de la matemática Ada Augusta Byron (1815-1852), hija de Lord Byron, que fascinada por el trabajo del inventor, participó en el patrocinio y la promoción de la máquina analítica.
Ada escribió diversos programas para resolver ecuaciones trascendentes e integrales definidas. De este modo se considera a Ada Byron como la primera programadora de ordenadores del mundo. En su honor se llamó Ada al lenguaje de programación desarrollado en 1979 a instancias del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, que buscaba estandarizar los numerosos programas que existían.
Charles Babbage murió sin lograr terminar de construir su gran invento, pero sus ideas y diseños sentarían las bases para el desarrollo de los ordenadores modernos.
George Boole, matemático y filósofo británico, hizo público en 1854 un estudio sobre las leyes del pensamiento en las que se basan las teorías matemáticas de la lógica y la probabilidad, aplicando símbolos a operaciones lógicas. Surge así el álgebra de la lógica o álgebra de Boole, que en el siglo XX sería aplicado en la construcción de ordenadores y circuitos.

Herman Hollerith ingeniero neoyorquino de origen alemán, consiguió por vez primera automatizar el procesamiento de grandes cantidades de información con la ayuda de un aparato de propia creación:
la máquina censadora o tabuladora.
En 1879 Hollerith desarrolla un sistema de cómputo automatizado, y lo hizo diseñando una máquina que utilizaba tarjetas en las que se representaba la información mediante perforaciones que eran detectadas por la máquina, clasificando (tabulando) debidamente la información según la lógica de Boole.

En 1896 Hollerith fundó su propia compañía, Tabulating Machine Company, que en 1911 se fusionó con otras dos empresas, formando la Computing Tabulating Recording Company (CTR), ésta a su vez pasa a manos de Thomas Watson en 1914 y diez años más tarde, en 1924, tomaría el nombre de 'International Business Machines (IBM).

La aparición de la tecnología eléctrica permite la incorporación de relés, interruptores binarios con 2 posiciones: encendido-apagado. Se recupera el sistema de numeración binario, ya usado por Leibniz. Importante es la aportación de Boole que reduce la lógica (operaciones matemáticas) a combinaciones de Verdadero-Falso.

En agosto de 1936
Alan Mathison Turing publicó un artículo sobre el funcionamiento de calculadores binarios. La Máquina de Turing era una máquina teórica que sería capaz de transformar con precisión operaciones elementales, previamente definidas, en símbolos. Prácticamente al mismo tiempo, en Estados Unidos, Alonzo Church dió a conocer el 'Lambda Calculus', un trabajo equivalente, naciendo así la Tesis de Church-Turing.

Por ello,Turing y Church, son considerados padres de la Ciencia de la Computación y la Inteligencia Artificial.

Basándose en estos fundamentos,
el ingeniero Konrad Zuse construyó en 1938 la Z1, un prototipo de computadora electromecánica de sistema binario que podía ser programada y usaba relés eléctricos para automatizar los procesos, leyendo las instrucciones de una cinta perforada.No llegó a funcionar correctamente debido a la imperfección de las piezas mecánicas.


En 1941 creó la Z3, disponía de una memoria de 64 palabras, procesador, unidad de lectura y unidad de control que decodificaba la instrucción leída y transfería los datos.

En 1950 realiza
la primera venta de un ordenador a una compañía suiza, sería el modelo Z4.

John Vincent Atanasoff estadounidense de origen búlgaro, doctor en Física teórica, es considerado el inventor del ordenador digital electrónico. Atanasoff concibió la idea 'en una taberna de Iowa', durante el invierno de 1937. Estableció los cuatro principios básicos en los que se fundamentaría su invento: el uso de electricidad y componentes electrónicos, un sistema binario, condensadores como elementos de memoria y un sistema lógico para el cómputo ( y no la enumeración, como ocurría con las máquinas análogas).

La construcción se realizó entre 1937 y 1942, y Atanasoff contó con la ayuda de Clifford Edward Benning, un alumno de ingeniería eléctrica. En diciembre de 1939 habían terminado un prototipo que funcionaba correctamente y al que llamarían ABC (Antanasoff Berry Computer).

En 1940 Atanasoff asiste a una conferencia del Dr. John William Mauchly y le muestra su máquina. Mauchly copia ideas de la ABC para diseñar junto con John Presper Eckert la ENIAC (Electronic Numerical Integrator And Computer), considerada la primera computadora digital electrónica del mundo, hasta que en 1967 un litigio entre Honeywell y Sperry Rand Corporation (que había adquirido la patente sobre la ENIAC), provocó que un juez concluyera en 1973 que la patente de ENIAC no era válida.

En 1938 se publicó la tesis del
ingeniero y matemático estadounidense Claude Elwood Shannon, sobre la Teoría matemática de la Comunicación, en la que demostró cómo el álgebra de Boole se podía utilizar en el análisis y la síntesis de la conmutación y de los circuitos digitales y cómo la combinación de circuitos podía representar operaciones aritméticas y lógicas complejas, relacionando así lógica y electrónica. Las aportaciones de Shannon serían fundamentales también en el desarrollo de la criptografía y los sistemas de compresión de datos.

En febrero de 1944,
el ingeniero estadounidense Howard Hathaway Aiken, financiado por IBM, termina la construcción del ordenador electromecánico MARK I, basándose en los diseños de la máquina analítica de Charles Babbage. Tenía unas dimensiones gigantescas: medía unos 15,5 metros de largo, unos 2,40 metros de alto y unos 60 centímetros de ancho, su peso era de unas cinco toneladas y en su interior se repartía un cableado de unos 800 kilómetros de longitud con casi 3 millones de conexiones. Estaba compuesta por unas 750.000 piezas, y cerca de 1500 interruptores. Hacía uso del sistema decimal en lugar del binario, y contenía 72 registros mecánicos, cada uno de los cuales podía almacenar 23 dígitos decimales más un dígito para el signo.



El 15 de febrero de 1946 se hace una presentación pública en la Universidad de Pennsylvania de ENIAC.
Fue el primer computador digital electrónico. Pesaba 32 toneladas y medía 2,40 metros de ancho por 30 de largo. Estaba compuesto por 17.460 válvulas, 7.200 diodos de cristal, 1.500 relés, 70.000 resistencias, 10.000 condensadores y 5 millones de soldaduras, produciendo tal calor que la temperatura de la sala en que se encontraba llegaba a los 50ºC. Disponía de capacidad para resolver en un segundo 5.000 sumas y 360 multiplicaciones, aunque para reprogramarla era preciso cambiar de posición las conexiones de los cables, lo que requería un trabajo muy laborioso.


En 1952 se concluyó la construcción del EDVAC (Electronic Discrete Variable Automatic Computer). Diseñada también por Mauchly y Eckert, a quienes se unió el matemático húngaro John von Neumann. Esta computadora contaba por primera vez con capacidad de almacenamiento de memoria para los programas, lo que evitaba el tedioso trabajo de reconexión que era necesario en la máquina ENIAC. La memoria consistía en líneas de mercurio dentro de un tubo de vidrio al vacío, donde un impulso electrónico podía ir y venir en 2 posiciones, para almacenar los ceros y unos, empleando así números binarios. Constaba de 4.000 válvulas y 10.000 diodos de cristal, con una autonomía de hasta 8 horas.


El transistor (Transfer Resistor) es inventado por los Laboratorios Bell Telephone en 1947 acabará sustituyendo a los tubos de vacío o válvulas, debido a la gran diferencia de sus prestaciones: tamaño minúsculo, menor coste y menor consumo eléctrico, generando así también menos calor. La vida útil del transistor es prácticamente ilimitada, mientras que las válvulas debían ser reemplazadas con mucha frecuencia. Las primeras computadoras construidas completamente a base de transistores fueron introducidas por las compañías NCR (NCR 304,1957) y RCA (RCA 501,1958). Sin embargo, IBM creó los modelos más populares en la década de los 60. El primer modelo de IBM que empleaba transistores fue el IBM 7090, creado a finales de 1958.

Tiene lugar también la ampliación de las memorias internas, la generalización del concepto de arquitectura modificable y el uso de periféricos de gran masa de memoria como los tambores y discos magnéticos.

Aparecen los lenguajes ensambladores que traducen las instrucciones del código máquina:


- FORTRAN (Formula Translator), lenguaje empleado en aplicaciones científicas y desarrollado entre 1954 y 1957 por la compañía IBM.

- LISP (List Processing) creado en 1958 por John McCarthy en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

- COBOL (Common Business Oriented Language) informática de gestión empresarial.

- ALGOL (Algorithmic Language).Usado en las universidades.

En 1959, el ingeniero estadounidense Jack St. Claire Kilby inventó el circuito integrado monolítico cuando trabajaba para Texas Instruments. El invento original era un dispositivo creado con un monocristal de germanio que integraba seis transistores en una misma base semiconductora. Esto permitió por un lado abaratar costos y por el otro aumentar la capacidad de procesamiento reduciendo el tamaño físico de las máquinas.


En 1974, la empresa estadounidense Intel Corporation presentó el modelo de microprocesador 8080. Contenía 4.500 transistores y podía manejar 64k de memoria RAM. El 8080 fue el cerebro del primer ordenador personal (PC), el Altair 8800, fabricado por la compañía MITS (Micro Instrumentation Telemetry Systems). El primer modelo no contaba con monitor ni teclado, tan sólo con luces LED y pequeñas palancas o switches para facilitar la programación. La información era almacenada en cassettes de grabadoras y era visualizada en aparatos de televisión.
El primer lenguaje de programación para la máquina fue el Altair BASIC, escrito por William Henry Gates y Paul Allen, quienes después fundarían Microsoft. El Sistema Operativo que utilizaba el Altair 8800 era el CP/M (Control Program for Microcomputers), escrito por Gary Kildall.


En 1976 Steve Wozniak (entonces ingeniero en Hewlett-Packard) y Steve Jobs (que trabajaba en Atari) fabrican en el garaje de su casa la microcomputadora Apple I. Steven Jobs convenció a Wozniak para continuar la fabricación para la venta al público y en abril de 1976 nació la empresa Apple Computers. El Apple I se construía manualmente y no llegó a ser vendido de forma masiva.


En 1981 IBM lanza al mercado su primer IBM-PC. En esta época destaca el desarrollo de los sistemas operativos, que buscan una integración entre el usuario y el ordenador, a través de la utilización de gráficos.


Documental Canal Historia: Evolución del Ordenador(vídeo)

Historia de los ordenadores


www.informatica-pc.net/


The life and work of Konrad Zuse

Computer Architecture