31 de enero de 2010

Fundación Vicente Ferrer Premio Nobel de la Paz 2010?



La sociedad hindú está dividida en castas, en Occidente hemos asociado “casta” con “clase social”, aunque estos dos conceptos no se corresponden exactamente.

Se describen las cuatro castas (o varna) principales:

--> Brahmanes (sacerdotes e intelectuales)
--> Kshátriyas (guerreros y reyes)
--> Vaishyas (comerciantes)
--> Shudras (campesinos y trabajadores)

Esta división es válida para clasificar los diferentes estratos de la civilización aria que pobló el sub-continente indio 2000 años a.C., pero no es del todo práctica a la hora de entender la estructura social hindú actual.
Hoy en día en la India existen, dentro de esos cuatro grandes grupos, infinidad de subcastas o jatis. En la India lo que diferencia una casta de otra no es el poder ni el dinero, sino algo mucho más ligado a la religión: el grado de pureza o impureza.

Los hindúes creen en la reencarnación y, por lo tanto, en la existencia de vidas pasadas y futuras. El comportamiento de una persona en la vida presente marcará su casta cuando vuelva a nacer. Se trata del kharma: los individuos son responsables de sus existencias pasadas y, en la vida presente, deben procurar comportarse bien para asegurarse una reencarnación más feliz.

La casta marca el estatus de las personas. Se nace, se vive y se muere en una casta y no es posible cambiar de una a otra. Cada casta tiene sus dioses, su territorio, su oficio, su lengua, sus reglas de parentesco (los matrimonios se acuerdan entre miembros de una misma casta) y su dieta.

En la parte inferior del sistema social hindú están los intocables, alrededor de una quinta parte de la población –unos 170 millones de personas-. Son individuos considerados impuros por nacimiento y, por lo tanto, no dignos de ocupar un puesto en el legendario sistema de castas.

A partir de los 'años 90', los intocables empezaron a autodenominarse dálits (oprimidos). De esta manera, reflejaban la discriminación y el sometimiento del que son víctimas por parte de las castas superiores.

Por su impureza, los dálits son repudiados y muchas veces insultados y expulsados de los lugares públicos. Para ellos se reservan los trabajos peor considerados (incineración de cadáveres, limpieza de letrinas, de pozos sépticos, trabajos con cuero, labores que implican un contacto físico con sangre o excrementos, etc.).

Con la formación del estado democrático moderno, quedó abolida toda discriminación basada en el sistema de castas, decretándose constitucionalmente la igualdad de todos ante la ley. Esto ha permitido que personas de origen intocable hayan llegado a ocupar altos cargos del gobierno. Sin embargo, socialmente el sistema perdura en las costumbres de la vida cotidiana y los dálits sufren todavía un trato discriminatorio.

Constitución India (en vigor desde 26 de enero de 1950) //Part III.—Fundamental Rights.—Arts. 15-16.- Sobre los Derechos Fundamentales:

(i) derecho de igualdad incluyendo la igualdad ante la ley, la prohibición de la discriminación por motivos de religión, raza, casta, sexo o lugar de nacimiento y la igualdad de oportunidades en materia de empleo;

(ii) el derecho a la libertad de expresión, de asamblea, de asociación o sindicato, movimiento, residencia; y derecho a practicar cualquier profesión o ocupación (algunos de estos derechos están sujetos a la seguridad del Estado, relaciones amistosas con países extranjeros, orden público, decencia o moralidad);

(iii) derecho contra la explotación, prohibición de todas las formas de trabajo forzoso, el trabajo infantil y tráfico en los seres humanos;

(iv) derecho a la libertad de conciencia y profesión libre, práctica y propagación de la religión;

(v) el derecho de cualquier grupo de ciudadanos para conservar su cultura, idioma o escritura y el derecho de las minorías a establecer y administrar las instituciones educativas de su elección;

(vi) derecho a remedios constitucionales para la aplicación de los derechos fundamentales.

Constitution of India (texto completo, pdf)


En Anantapur, la Fundación Vicente Ferrer trabaja desde hace cerca de cuatro décadas para mejorar la situación en el distrito de los dálits, los grupos tribales y las 'backward castes'. Su programa de desarrollo ha conseguido grandes avances para ellos en todos los sentidos.

Pero el gran milagro es que hoy en día los intocables de Anantapur son capaces de levantar la cabeza cuando pasan al lado de miembros de otras castas superiores.
En el resto de la India, los dálits están en periodo de organización y han surgido movimientos políticos que han conseguido unir bajo un mismo objetivo a millones de personas.

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