1 de septiembre de 2009

1918 -1919: la "gripe española" que no era de España

Un equipo de investigadores del Hospital Clínic de Barcelona y de la Universitat de Barcelona, dirigido por el epidemiólogo Dr. Antoni Trilla ( director de UASP), publicó recientemente en la revista Clinical Infectious Diseases un análisis histórico de las consecuencias que la epidemia de gripe tuvo para nuestro país. (...)

En otoño de 1918, España sufrió la peor epidemia de gripe de la historia, también conocida como "gripe española". La pandemia fue debida a un virus gripal tipo A (H1N1), probablemente de origen aviar, y se extendió por todo el mundo en pocos meses. Se cree que ha sido la pandemia más letal de la humanidad, con un elevado número de casos y una mortalidad difícil de estimar que superó los 50-70 millones de personas.

Las estimaciones oficiales situaron la mortalidad debida a la gripe en España (1918-1919) en unas 169.000 personas. Sin embargo, empleando una serie de índices habituales para calcular la mortalidad directa e indirectamente relacionada con la gripe, los autores de este estudio indican que la mortalidad pudo alcanzar la cifra de 260.000 personas, lo que supone el 1,5% de la población total de España en 1918-1919. Dicha mortalidad se concentró en el periodo septiembre-noviembre de 1918. (...)

La epidemia fue noticia en España, un país neutral en la guerra y que no censuró la publicación de los informes sobre la enfermedad y sus consecuencias. Debido a la censura de prensa existente como consecuencia de las operaciones militares en curso en la I Guerra Mundial, es probable que esta fuese la razón para atribuir, sin fundamento epidemiológico sólido, un origen "español" a la epidemia.

Es posible que la epidemia se introdujese en España a partir del flujo de trabajadores españoles y portugueses que se desplazaban masivamente hacia a los campos franceses cercanos a los campamentos militares.(...)

Las autoridades tardaron más de 5 meses en declarar formalmente la epidemia y los servicios de salud se vieron desbordados por el elevado número de casos: faltaron médicos y hubo movilización voluntaria de los estudiantes de medicina de la época. Ni el curso escolar ni el universitario se iniciaron con normalidad; se suspendieron algunas actividades públicas pero otras no, sin criterio, lo que favoreció en algunos casos la diseminación de la epidemia, como sucedió en Zamora y otras ciudades al celebrarse actos religiosos masivos para invocar la misericordia divina. En Barcelona, por ejemplo, se tuvo que solicitar la ayuda del ejército para transportar y enterrar a los muertos en octubre de 1918.

Los periódicos de la época, como es el caso de La Vanguardia, dedicaban sus primeras páginas a las esquelas, y tenían una sección fija denominada "La epidemia reinante".

Aunque el virus A(H1N1) responsable de la epidemia, reconstruido recientemente a partir de muestras de cadáveres de nativos Inuit fallecidos en Alaska, no se originó en España, el nombre de Gripe Española (Spanish flu) ha quedado inscrito en la historia de las epidemias como la peor y más devastadora del siglo XX.

Fuente www.hospitalclinic.org/Portals/0/hospital%20clinnic/noticies/20081211_trillapandemia_cas.pdf

El periódico La Vanguardia ofrece actualmente un servicio público (online) de su hemeroteca, por lo que podemos rebuscar entre las noticias de 1918. Rescataré especialmente un artículo de un médico, una voz que parece clamar en el desierto, ante el despropósito de la falta de planificación sanitaria española de ese momento (en particular se refiere a Barcelona):
Una opinión médica: La quinina "heroica" en la grippe

Sin asomo de vanidad científica y reñido con toda pretensión de magister, expongo lealmente, con el único anhelo de cooperar al alivio de mis conciudadanos, la persuasión absoluta, plena, bien fundamentada, respecto de la acción terapéutica colectiva, particular, eficaz, rayana en específica, que la maravillosa quinina, singularmente el biclorhidrato en inyección hipodérmica, ejerce sobre el curso de la 'grippe'; evitando complicaciones en todos los casos benignos, y curando en la mayoría de los graves del aparato respiratorio, desde la simple congestión pleuro-pulmonar hasta la rebelde y gravísima bronco-pneumonía.

Mi criterio clínico sobre la naturaleza de la actual pandemia que a modo de ola gigantesca inunda a más de un continente, concuerda con el de la mayoría de mis compañeros, afirmando que se trata de la infectiva y contagiosa grippe, en sus diversas modalidades, con predominio en esta localidad de las fle masias de los órganos del aparato respiratorio. Me fundo y apoyo en la sólida base y en el testimonio fidedigno o irrecusable de la observación clínica, ejercitada durante largos años, precisamente en regiones donde es endémica la 'grippe' con todas sus modalidades, o sea: nuestra comarca del llano del Llobregat, donde conviven durante el año la tifoidea y la 'grippe' desde su anterior aparición en 1889 (como pueden confirmarlo mis ilustres amigos los doctores Esquerdo, Crespo, Pujador, Viura, Proubasta, con quienes he realizado en dicha localidad memorables campañas clínicas), y además en las posesiones de Femando Poo y Elobey, en donde ejercí tres años el cargo de director de uno de los hospitales, y en cuya zona tropical simultanean el paludismo y la 'grippe', las dos infectivas, que por razón de su polimorfismo peculiar son susceptibles de aparecer en la clínica bajo el disfraz de múltiples variantes.

Y para mayor abundamiento, digo que desde el día 2 del corriente(octubre) vengo asistiendo diariamente entre mis clientes particulares y los inscritos al igualatorio «La Barcelonesa» un promedio de cuarenta enfermos, entre quienes contamos once afectos de bronco pneumonía, y sin que afortunadamente haya ocurrido una defunción. ¿Será ello debido a la buena suerte, como conviene en sostenerlo el vulgo, o más bien a la intervención oportuna y acción heroica del precioso alcaloide?
Todos los datos clínicos que llevo registrados y pienso publicar en su día en el seno de una de nuestras corporaciones profesionales, me autorizan a declarar que son infundados los temores, el miedo que sienten algunos al administrar en inyección las sales de quinina, puesto que a dosis moderadas de 0'15, 0'25 y 0'50 centigramos, jamás he presenciado aquellos desórdenes y depresión cardíaca que se le atribuyen muy exageradamente.
Además tengo la plena convicción de que todo médico que oportunamente haya tratado a sus enfermos 'gripadeos', mediante una sal de quinina, con la elección de la vía hipodérmica, raras veces habráse visto en el doloroso trance de tener que firmar el certificado de defunción.

Mí terapéutica fundamental, pues, ha sido la clásica, los infusos expectorantes, amoniacales, el eficaz Dower y una o dos inyecciones diarias (mientras persista la fiebre) de 0'25 centigramos de clorhidrato de quinina, y ésta obrando como isquémica y anti-pirética ha favorecido el sudor y todos hemos podido observar la eficacia y buena señal de la aparición de éste.
Respecto del coriza específico rebelde y persistente que aqueja a la mayoría de infectados, mi proceder es el siguiente: nada de aceites mentolados, gomenolados, etc., sino una o dos pincelaciones practicadas en el interior de la nariz con tintura de yodo no saturada (basta un palillo y una torundifa de algodón impregnado de la tintura) y es de ver sus rápidos efectos, toda vez que dicha dolencia cede y se resuelve en menos de cuarenta y ocho horas.

Estas son a vuela pluma las observaciones y los resultados personales que puedo aducir, y publico bajo el ansia patriótica de la más altruista de las profesiones, y que ojalá pudieran reportar todo aquel beneficio y suprema utilidad, que mi corazón alienta y desea, como el más amante hijo de esta, desventurada ciudad, víctima, infeliz, de una punible incuria, de un atroz desacierto y de la funesta desorientación sanitaria en que se agitan y ahogan los encargados de velar por la custodia y preservación de la salud de millares de conciudadanos.

Firmado: Pedro Tort y Pozo, Barcelona 24 de Octubre de 1918

Otras noticias de interés, La Vanguardia Hemeroteca:

La grippe y la higiene, 22 de octubre de 1918

Sobre la expansión de la gripe, 9 de octubre de 1918


El doctor Justo Hernández, Profesor de Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna afirma: "La gripe que actualmente azota el mundo tiene cierta relación con la que surgió en 1918". Mantiene que este tipo H1N1 de gripe es uno de los descendientes de la mal llamada Gripe española, que causó la devastadora pandemia durante 1918-1919. (...) "La gripe española ni fue española ni comenzó en España"..."Es muy probable que la gripe llegara a Europa, concretamente a Francia, en 1918, importada por una compañía del Ejército Norteamericano". Justo Hernández explica que la enfermedad se observó por primera vez en Fort Riley (Kansas, USA), el 11 de marzo de 1918.

Afirma que "la gripe española entró en las Islas Canarias a través de un navío, el Infanta Cristina. Un buque que ya zarpó de La Coruña con gente infectada y que fue tirando por la borda su triste cargamento a lo largo de la travesía. Ante la gravedad de la situación, el capitán atracó en el puerto de La Luz de Gran Canaria y así entro la gripe en nuestras Islas", su extensión fue imparable.



La gripe estacional es una infección vírica aguda causada por un virus gripal. Hay tres tipos de gripe estacional: A, B y C.

--> Los virus gripales de tipo A se clasifican en subtipos en función de las diferentes combinaciones de dos proteínas de la superficie del virus (H y N).
Entre los muchos subtipos de virus gripales A, en la actualidad están circulando en el ser humano virus de los subtipos:

>> A (H1N1)
>> A (H3N2)
>> A (H2N2)
>> A (H5N1)

Los virus de la gripe circulan por todo el mundo. Los casos de gripe C son mucho menos frecuentes que los de gripe A o B, y es por ello que en las vacunas contra la gripe estacional sólo se incluyen virus de los tipos A y B.

Las epidemias de gripe se repiten anualmente, durante el otoño y el invierno en las regiones templadas. La enfermedad es causa de hospitalización y muerte, sobre todo en los grupos de alto riesgo (niños pequeños, ancianos y enfermos crónicos).

Estas epidemias anuales causan unos 3 a 5 millones de casos de enfermedad grave y aproximadamente unas 250 000 a 500 000 muertes cada año.

En algunos países tropicales los virus de la gripe circulan durante todo el año, presentando uno o dos periodos de máxima actividad durante las estaciones lluviosas.

Aunque la mayoría de los pacientes se recuperan de la gripe, muchos necesitan tratamiento hospitalario y muchos mueren cada año por esta causa.

Los conocimientos sobre los efectos de las epidemias de gripe en los países en desarrollo son escasos.

La vacunación antigripal es más eficaz cuando hay una buena concordancia entre los virus vacunales y los virus circulantes. Los virus de la gripe sufren cambios constantes, y la Red Mundial de Vigilancia de la Gripe, una alianza de Centros Nacionales de Gripe de todo el mundo, vigila los virus gripales circulantes en el ser humano.

La OMS recomienda cada año una vacuna cuya composición va dirigida hacia las tres cepas más representativas que estén circulando entonces.





3 comentarios:

Señor De la Vega dijo...

Cómo siempre me siento afortunado de tener frescas noticias de sus publicaciones.
Si existiesen muchos bloggers como usted,
Los buscadores tendrían competidores humanos de búsqueda de información selecta y acertada.

Gracias por este continuo, precioso y monumental esfuerzo,
Suyo, Z+-----

nieves dijo...

Muchas gracias Señor de la Vega, a ver si en un descuido me dan el premio ¡viva Manolo! :)

Un saludo

Señor De la Vega dijo...

Mi Señora Nieves,
El premio ¡Viva Manolo!, bien sabe, que es el que nunca deberían darnos, y que tal vez ni el propio Manolo se merece.

Sus publicaciones blogueras, asumo como lector, son el fruto de su deseo de saber y seguir sabiendo, y que en el ánimo enciclopédico que las genera, refleja al compilarlas, analizarlas, seleccionarlas y mostrarlas, su profunda humildad y aprendizaje.

Porque en el fondo, todo lo que hacemos, pero sobre todo, el cómo lo hacemos nos define y es nuestro mayor espejo.

Nuestro premio, que usted exista.

Suyo, Z+-----