La
 mayor parte de los matemáticos franceses del siglo XVIII no estaban 
integrados en las universidades, sino que estaban relacionados con la 
iglesia o el ejército, o bien disfrutaban de mecenazgo real.
En
 lo que a las matemáticas se refiere, 
Monge, Lagrange, Laplace, 
Legendre, Carnot y Condorcet se verán metidos en el centro de los 
desórdenes de la 
Revolución Francesa. Condorcet se suicidaría en prisión en 1794, los demás vivieron para ver el triunfo de la Revolución.
La
 caída de la Bastilla en 1789 encontró a estos seis matemáticos 
divididos en dos grupos. Lagrange, Laplace y Legendre no tomaron parte 
importante en el desarrollo de los sucesos políticos de ese momento. En 
cambio,  Carnot, Condorcet y Monge recibieron con entusiasmo las 
perspectivas de cambio, y jugaron papeles concretos en las actividades 
revolucionarias.
Todos ellos trabajaron de manera común
 en un proyecto matemático durante la Revolución: la reforma del 
Sistema de Pesos y Medidas.
En 1790 
Tayllerand
 propuso la reforma a un 
Comité de Pesos y Medidas de la Academia de las
 Ciencias. Se propusieron sistemas decimales y duodecimales, Lagrange 
apostó firmemente por los decimalistas. El Comité se mostró impresionado 
por la exactitud con que Legendre había medido la longitud del meridiano
 terrestre, 
lo que finalmente definió al metro: la diezmillonésima parte
 de la longitud del cuadrante del meridiano terrestre. El sistema 
métrico estaba casi perfilado en 1791, pero hubo retrasos en su puesta 
en vigor.
Tras turbulentos cambios que hicieron 
suprimir en 1793 la 
Academia de las Ciencias, se crea el 
Institut National. Lagrange, Laplace, Legendre y Monge formarán parte del nuevo 
Comité. En 1799 los trabajos se terminaron al fin. Carnot estuvo 
desconectado de este proyecto.
 
Joseph-Louis Lagrange fue
 el único del grupo que no era francés en sentido estricto, había nacido
 en Turín. Realizó sus primeros estudios en Turín y fue profesor de 
matemáticas en la Academia Militar de Turín. Más tarde disfrutaría del 
mecenazgo de 
Federico el Grande de Prusia y de 
Luis XVI de Francia.
Lagrange publica 
Mécanique Analytique en 1788.
En plena época del Terror, Lagrange consideró seriamente la posibilidad de abandonar Francia, pero justamente se crean  le 
École Normale y la 
École Polytechnique, y Lagrange es invitado a dar lecciones de Análisis.
Lagrange
 había estado bajo el patrocinio de reyes, pero durante la Revolución no
 tomó partido ni a favor ni en contra del rey o del 
Segundo Estado.
En 1797 publica 
Théorie des fonctions analytiques, que desarrollaba algunas ideas que ya había presentado en un artículo 25 años atrás. Aparece en el texto 
la derivada de Lagrange, que daría lugar  al actual nombre de 
derivada de una función.
Puede
 decirse que la obra de Lagrange durante la Revolución tuvo una gran 
influencia en el desarrollo posterior de la matemática, porque supuso 
los inicios de un campo nuevo que desde entonces es el verdadero centro 
de la matemática: 
la teoría de funciones de una variable real.
La fama de Lagrange se extendió desde sus primeras publicaciones, y en 1766 
Euler y 
D'Alambert  se lo aconsejaron a 
Federico II el Grande
 para suceder al propio Euler, cargo que Lagrange aceptó, permaneciendo 
en Berlín veinte años. En 1767 publicó una memoria sobre la aproximación
 de raíces de
 ecuaciones polinómicas por medio de fraciones continuas.
 En un artículo en 1770 estudió la resolubilidad de ecuaciones en 
términos de las permutaciones de sus raíces. Esto conduciría más tarde a
 la importante 
teoría de grupos y a las demostraciones, de Abel y Galois, de 
la irresolubilidad en términos usuales de las ecuaciones algebraicas de grado mayor que cuatro. Lagrange conjeturó que las ecuaciones polinómicas de grado mayor que cuatro no serían 
resolubles por radicales, en el sentido usual.
 
Nicolas Condorcet se formó en las escuelas de los jesuitas y más tarde en el 
College de Navarre. Publica
 De Calcul Intégral en 1765 y
 Essai sur l'application de l'analyse á la probabilité des décisions rendues á la pluralité des voix en  1785. Fue uno de los matemáticos que más hizo por la revolución, e irónicamente perdió su vida en ella.
Condorcet era un
 fisiócrata, filósofo y enciclopedista, que perteneció al círculo de D'Alembert y Voltaire. Publicó libros sobre 
teoría de probabilidades y 
cálculo integral,
 pero también fue un inquieto idealista y visionario que se interesaba 
por todo lo que tuviera que ver con el bienestar de la humanidad.
Condorcet
 sentía una profunda aversión por la injusticia y, a pesar de tener el 
título de marqués, se dedicó a trabajar en favor de la reforma del 
Antiguo Régimen. Creyendo que la educación conseguiría transformar una sociedad viciosa, defendió la educación pública y libre.
El
 sistema educativo anterior se había derrumbado bajo la presión de la 
Revolución, y Condorcet vio que ese era el momento de intentar 
introducir las reformas que tenía en mente. Presentó sus planes a la 
Asamblea Legislativa,
 pero el agitado ambiente en torno a otros temas hizo imposible que 
fuesen considerados. Condorcet plantea en 1792 el plan para una 
educación pública y libre, que no sería tenido en cuenta hasta muchos 
años después de su muerte.
Condorcet había puesto sus máximas esperanzas en la Revolución, en particular en 
el ala girondina moderada de la Revolución, hasta que los extremistas se hicieron con el control del poder, momento en el que 
denuncia a los septembristas y es ordenado su arresto. Se ocultó durante meses mientras escribía su última obra 
Bosquejo de un cuadro histórico del progreso de la mente humana. 
 Una vez acabada la obra en 1794, abandona su refugio. Inmediatamente es
 reconocido como parte de la aristocracia y fue arrestado. A la mañana 
siguiente se le encontró muerto en su celda, presumiblemente por 
suicidio.
Hoy se recuerda a Condorcet como un pionero 
de la matemática social, por la aplicación de las probabilidades y la 
estadística a los problemas sociales.
 
A
 Monge no solo le atraían las matemáticas puras y aplicadas, sino 
también la física y la química; participó en experimentos junto a 
Lavoisier que condujeron a lo que se denominó 
la revolución química de 1789. De hecho su fama como químico y físico era probablemente mayor que la de matemático, ya que su 
nueva geometría no había sido apreciada debidamente.
La obra más importante de Monge, 
Géométrie descriptive,
 no se había publicado porque sus superiores consideraron que era 
necesario mantenerla reservada confidencialmente en interés de la 
defensa nacional.
Monge por su origen plebeyo formó parte del 
Club Jacobino,
 ala radical de la Revolución. Tras su etapa de examinador en Méziéres, 
retorna a París en 1792 y es nombrado ministro de la Marina. Y fue 
precisamente en su condición de ministro que le correspondió la tarea de
 firmar el documento oficial relativo al juicio y ejecución del rey. La 
flota francesa era tan ineficaz que Monge dimite viéndose incapaz de 
solucionarlo. Pero siguió activo en la política. A instancias del 
Comité de Salud Pública publicó 
Description de l'art de fabriquer les canons.
A
 lo largo de toda la Revolución, Monge estuvo en situación de riesgo, 
demasiado liberal para los conservadores y demasiado conservador para 
los extremistas.
En 1794 Monge forma parte de la 
Comisión de Obras Públicas, encargada de crear la institución adecuada para la preparación de ingenieros: 
École polytechnique.
 Monge venció su resistencia a escribir libros de texto debido a que la 
reforma de los programas de matemáticas hizo necesario el uso de textos 
adecuados. Monge además impartía un denso curso, donde una de las 
materias, entonces era conocida como "
Estereotomía", y después fue conocida como "
Geometría Descriptiva".
 El programa ha llegado en forma manuscrita a nuestros días: estudio de 
sombras, perspectiva y topografía, propiedades de las superficies, 
planos tangentes, teoría de máquinas,...
Puede decirse que mientras el siglo XVII fue el siglo de las curvas, 
la cicloide, 
la catenaria, la 
lemniscata, las hipérbolas, parábolas, espirales de Femat, 
perlas de Sluse,...el siglo XVIII fue el siglo en el que comenzó realmente el estudio sistemático  de las superficies.
Monge era un verdadero especialista en geometría, casi podríamos decir que el primero desde 
Apolonio (siglo III a.C.), así como un excelente profesor. El desarrollo de la 
geometría del espacio
 se debió en buena parte a la actividad matemática y revolucionaria de 
Monge. De no ser por su actividad política podría no haberse creado 
nunca la 
École Polytechnique, y de no haber sido un maestro con 
gran capacidad para transmitir su entusiasmo, el renacimiento de la 
geometría tridimensional podría no haberse producido.
Monge también fue profesor en una nueva escuela, 
École Normale, las lecciones impartidas en 1794-95 fueron publicadas en  su libro Gé
ométrie descriptive. La idea básica que hay tras 
la nueva geometría descriptiva o método de doble proyección ortogonal produjo una revolución en la teoría de proyectos de la ingeniería militar de la época de Monge.
Pero
 la geometría descriptiva no fue la única contribución de Monge a la 
matemática del espacio 3D, también impartió un curso sobre 
Aplicaciones del Análisis a la Geometría en la 
École Polytechnique. El nombre de 
Geometría analítica
 en esta época no había alcanzado el reconocimiento de la comunidad 
matemática, de la misma manera que no había nada que se denominase 
Geometría diferencial,
 el curso de Monge era esencialmente una introducción a este nuevo 
campo, no había ningún libro de texto, así que Monge se vio obligado a  
escribir su 
 Feuilles d'analyse  (1795) para uso de estudiantes. En este libro la 
geometría analítica tridimensional adoptó su forma definitiva, fue el prototipo de los programas actuales de 
geometría analítica del espacio.
En 1802 Monge y Hachette publican 
Application de l'algébre á la géométrie, que se podría haber usado perfectamente como libro de texto a lo largo del siglo XX.
 La
 mayor parte de los resultados de Monge sobre la geometría analítica de 
rectas y planos aparecían ya en las  memorias del año 1771. En las 
Feuilles d'analyse y en la memoria compartida con 
Hachette, aparece la mayor parte de la 
geometría analítica del espacio y de la 
geometría diferencial elemental que hoy contienen los libros de texto de las universidades. No aparece aún el uso explícito del 
determinante,
 tarea que corresponde al siglo XIX; no obstante la utilización de 
notaciones simétricas por parte de Monge son una anticipación de los 
determinantes, pero sin la distribución en filas y columnas, tan usual 
hoy, y que es debida a 
Cayley.
Entre los resultados nuevos debidos a Monge destacan dos:
- El punto de Monge del tetraedro:
 " El punto  de  Monge  M, es  la  intersección  de  los  planos  que  
pasan  por  el  punto medio  de  cada  arista  y  son  perpendiculares  a
 la  arista  opuesta.".
- 
La esfera de Monge:
 "El lugar geométrico de los vértices de los triedros trirrectángulos 
cuyas caras son tangentes a una superfiie cuadrática dada, es una 
esfera".
Lagrange estaba tan impresionado por la obra de Monge que exclamó: "
Con sus aplicaciones del análisis a la geometría este demonio de hombre conseguirá hacerse inmortal".
Los discípulos de Monge pusieron en circulación un verdadero torrente de libros de texto elementales de 
geometría analítica
 que no tenía precedentes. Con la aparición casi repentina de tantas 
geometrías a partir de 1798 se produjo una auténtica revolución en la 
enseñanza. La 
geometría analítica que había permanecido eclipsada
 por el cálculo durante más de un siglo, consiguió de pronto que se le 
reconociera un lugar en las escuelas; la paternidad de esta "
revolución analítica" hay que atribuirla a Monge.
Monge
 fue sin duda, una de las figuras más relevantes de la Revolución; sin 
embargo, el matemático que estaba en boca de todos los franceses era 
Lazare Carnot.

 
Lazare Carnot, el más joven de todos, pertenecía a la burguesía lo que le permitió asistir a la 
 École Militaire de Méziéres, en la que uno de sus profesores fue Monge. Después de graduarse ingresó en el ejército.
Carnot
 publicó en 1786 la segunda edición de su obra 
Essai sur les machines en géneral, y otra obra sobre fortificaciones militares.  
Cuando
 Carnot vio amenazado el éxito de la Revolución, tanto por la confusión 
interna en Francia como por las amenazas de invasión del exterior, 
organizó los ejércitos y los condujo a la victoria. Carnot era un 
republicano tan ardiente como Monge, pero evitó pertenecer a ninguna de 
las muchas camarillas políticas de la convulsa época, con un alto 
sentido de la reponsabilidad trató de ser siempre imparcial. Se opuso a 
Robespierre,
 quien había asegurado que Carnot perdería la cabeza en el primer 
desastre militar que tuviera. Si Carnot hubiera sido matemático y 
político, como Monge y Condorcet, muy bien podría haber acabado en la  
guillotina, pero Carnot se ganó la admiración de sus compatriotas por 
sus éxitos militares. Cuando la 
Convención Nacional
 propuso su arresto, los diputados le aclamaron y defendieron, y fue la 
cabeza de Robespierre la que cayó en lugar de la suya. Y Carnot 
sobrevivió para tomar parte en la consolidación de la 
École Polytechnique. Su hijo Hippolyte llegó a ser ministro de Instrucción Pública en 1848. Su nieto 
Sadi Carnot fue el cuarto presidente de la Tercera República Francesa.
Carnot
 llevó una fascinante vida política hasta 1797. Había pasado por la 
Asamblea Nacional, por la Asamblea Legislativa, la Convención Nacional, 
por el poderoso Comité de Salud Pública, el Consejo de los Quinientos y 
el Directorio. Sin embargo en 1797 rehusó apoyar 
un golpe de estado civil y eso supuso su deportación.
El Teorema de Napoleón se ha atribuido erróneamente al general. El autor fue Lorenzo Mascheroni, quien sabiendo de la pasión del general francés por la geometría, le dedicó su libro Geometría del Compasso 1797. La confusión hizo que de forma injusta se atribuyera a Napoleón el nombre del teorema y su demostración.