5 de julio de 2010

NAICA Viaje al centro de la Tierra




Documental Proyecto Naica: la cueva de los cristales gigantes cristal, producido por Art France [Naica, Return to The Giant Crystal Cave]


 
En la cueva de cristal / Into the crystal cave [NatGeo, 2010]



En 1794, Alejo Hernández, Vicente Ruiz y Pedro Ramos de Verea localizaron una pequeña veta mineral al pie de una serranía conocida como Naica, al sur de la actual ciudad de Chihuahua (México). El 6 de junio de 1794 hicieron el anuncio formal de su descubrimiento "una mina ubicada en tierra virgen, con el nombre de San José del Sacramento en la cañada de la sierra de Naica". Las primeras labores de explotación no se realizaron hasta 1828, a muy baja escala. En 1896 el señor Santiago Stoppelli encuentra una mina en el cerro de Naica. Pronto se formó la Compañía Minera de Naica, y la explotación formal y en gran escala da inicio en 1900.

La importancia de Naica fue tal que en 1911 alcanzó la categoría de municipio. Debido a los estragos de la revolución (mexicana), la compañía se vio obligada a suspender la explotación minera, se reanudaría 13 años después por parte de la Compañía Minera Peñoles, que extrajo mineral durante otros cuatro años. Entre 1928 y 1961 la mina fue explotada por compañías estadounidenses, y a partir de ese último año el Grupo Peñoles volvió a operar. Actualmente la mina produce: plomo, zinc, cobre, plata y oro, llegando a procesar casi un millón de toneladas de mineral al año. Sus propietarios: Industrias Peñoles S.A. de C.V. & Minera Fresnillo S.A. de C.V.

En 1910 (a 120 metros de profundidad) se descubre la "Cueva de las espadas", una cavidad constituida por un corredor de alrededor de 87 metros de largo, tapizada por completo de grandes cristales de selenita, una de las más hermosas y cristalinas variedades del yeso. Fueron extraídos sus más bellos ejemplares, que hoy se exhiben en los museos mineralógicos más importantes del mundo.


En abril del año 2000, Eloy Delgado y su hermano Francisco Javier se encontraban operando con una barrenadora, taladrando un túnel de exploración dentro de la mina de Naica, a 300 metros de profundidad. En un momento dado la barrenadora provocó un pequeño agujero que accedía a una grieta, Francisco Javier logró traspasar la estrecha abertura y quedó maravillado ante lo que contempló, una especie de "geoda" de unos 8 metros de diámetro, estaba rodeado enteramente por cristales, blancos y cristalinos, de gran tamaño. Aunque se trataba también de cristales de yeso, eran totalmente distintos a los de la Cueva de las espadas y de un tamaño mucho mayor. El ingeniero Roberto González consciente del increíble hallazgo mandó desviar las obras del túnel para evitar que se dañaran los cristales.

A los pocos días, una vez que se reanudó el trabajo del túnel, volvió a aparecer otra cavidad llena de cristales, ésta algo mayor. Al ser inspeccionada, los sorprendidos mineros se encontraron con una cámara de cristales de selenita de tamaño descomunal, entre cinco y siete metros de longitud y algunos de casi dos metros de diámetro. En esa cámara había alrededor de 20 de estos megacristales. Debido a que la temperatura de la cavidad rondaba los 60ºC, los mineros no pudieron explorar más allá de ese primer "salón". Nuevamente el ingeniero González mandó desviar la construcción del túnel. El nombre de esta nueva cavidad sería Cueva de los Cristales.

También se hallaron otras dos cuevas menores: Cueva de las velas y Cueva del ojo de la reina.

En la mina de Naica, entre tres y cinco kilómetros de profundidad, hay un cuerpo magmático, roca fundida a una temperatura muy alta, lo que mantiene caliente todo el interior del cerro, y a medida que se profundiza la temperatura va aumentando.

Los macro-cristales se formaron bajo el agua, en un punto donde el agua termal profunda ( a 54ºC saturada de sulfuros) entraba en contacto con aguas meteóricas frías y ricas en oxígeno, que se infiltraban por escurrimiento natural.

Este agua, que no podían mezclarse directamente -debido a la diferencia de densidad- con aquellas profundas y mineralizadas, provocaban la "difusión" del oxígeno en el estrato inferior con la consiguiente oxidación de los iones de sulfuro a sulfato, con una leve sobre-saturación respecto al yeso y por lo tanto una lenta deposición. Estas condiciones singulares, crearon un fenómeno de mineralización extraordinario formando cristales gigantes de yeso purísimo, cuyo tamaño obedece a las condiciones de estabilidad durante un largo periodo de tiempo.


Este sistema geológico, sigue vivo. Procesos de cristalización dan origen cotidianamente a pequeñas formaciones de diversos minerales, aún en la superficie. Es un sistema activo, que entre otros depósitos y procesos han llenado las oquedades de la roca caliza, llena de fracturas, con cristales de selenita de magnitudes y formas extraordinarias.

Las cuevas se descubrieron accidentalmente, debido a las actividades de exploración de la mina que, para poder explotar el mineral, requiere extraer agua caliente mediante un complejo sistema de bombeo. Este sistema drenó el agua de las cuevas y -accidentalmente- se descubrió un extraordinario tesoro natural.

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