En la primera mitad del siglo XIX, unos dos millones de irlandeses no disponían de un lugar digno donde vivir, ni trabajo, así que su sustento dependía en gran medida de las “patatas” que podían cosechar. El hongo -Phytophthora Infestans- atacó al tubérculo de la patata. Comenzó en América y se extendió a Europa afectando de manera dramática a Irlanda en 1851-52. Los nueve millones de irlandeses de 1845 se habían reducido a seis y medio en 1851. Se cree que murieron víctimas del hambre un millón de personas, el tifus, cólera , o muertes en la emigración, hicieron el resto.
En 1845 salieron de la isla poco más de 60.000 personas, durante los seis años siguientes el promedio fue de 200.000. Emigraron a Sudamérica, Australia…pero fueron muchos los irlandeses que escogieron como destino EE UU, el censo de 1990 estimaba que 44 millones de norteamericanos tienen antepasados irlandeses.
En ese censo estarían, Richard Nixon, Ronald Reagan, George H.W. Bush, George W. Bush, William J. Clinton, y el más carismático: John F. Kennedy.J.F.Kennedy será recordado siempre por su magnicidio en 1963. Las imágenes en directo de su muerte, cuando se pasea en la limusina por las calles de Dallas, son motivo todavía de estudio y elucubraciones por parte de los que aún no se creen que el asesino fuera Lee Harvey Oswald, o caso de serlo formaría parte de una "conspiración". En la limusina iba su mujer, Jacqueline Kennedy, que como primera dama de EE UU tuvo que llevar con dignidad, algo que era "vox populi", y es que JFK era un amigo muy especial de Marilyn Monroe. Antológica es la felicitación de Marilyn al presidente.
No menos controvertida fue la muerte de Marilyn Monroe, de nuevo las conspiraciones para deshacerse de un testigo no deseado, planearon sobre su muerte, en 1962.
No pasaría mucho tiempo, 5 años más tarde, en 1968, será asesinado Robert F. Kennedy, conmocionó tanto o más que la muerte de su hermano. Y de nuevo las conspiraciones .
Muerto JFK, su viuda Jacqueline, rehace su vida sentimental con Aristóteles Onassis, quien a su vez abandona a la que hasta ese momento era su gran amor: María Callas.
Eran otros tiempos, sin duda, cuando la doble moralidad americana no era tan palpable, o al menos al clan Kennedy no le afectaba; pero llegó la "era Clinton", y con él pudimos asistir a uno de los episodios más anodinos y bochornosos de la política americana. Juzgar la conducta sexual de su presidente.La relación consentida Marilyn-Kennedy, por supuesto ni cuestionada ni investigada, evolucionaría hacia el esperpento, cuando la actriz se trocó en becaria-Lewinsky y el presidente se trocó en un descendiente de irlandeses-Clinton, que no pertenecía a ningún clan.
Monica Lewinsky, sin duda colaboró de manera decisiva a que el morbo popular alcanzara niveles insospechados, cuando presentó "la prueba del delito", la "mancha" en el vestido azul.
"Perplejos, millones de norteamericanos se pegaron ayer a la televisión para ver a su presidente sometido a un impúdico bombardeo de preguntas sobre su vida sexual. Ajeno al escabroso reality show, Clinton intervino al mismo tiempo en la ONU y se ganó una ovación.
El presidente se ganó uno de los más sonoros aplausos que se recuerdan en la Asamblea General y agradeció complacido el gesto de la comunidad internacional, que sirvió tan sólo para compensar en parte la humillación pública".
El interrogatorio más propio de algún "programa rosa" de TV, mantuvo entretenidos a los americanos y los que no lo éramos:
Pregunta: Mi nombre es Robert Bittman. Soy abogado de la Oficina del Fiscal Independiente. Señor presidente, en primer lugar vamos a revisar algunos detalles de su relación con Monica Lewinsky, según su declaración jurada en el caso de Paula Jones el 17 de enero de 1998, de la que se ha hecho referencia. Las preguntas son delicadas, y le pido disculpas de antemano. Intentaré ser lo más breve y directo posible. Señor presidente, ¿mantuvo usted relaciones físicas íntimas con Monica Lewinsky?.Respuesta: Señor Bittman,(...).Cuando me encontraba a solas en algunas ocasiones con la señorita Lewinsky, a principios de 1996, y una vez en 1997, cometí actos que estuvieron mal. En estos encuentros no hubo relaciones sexuales. No constituyeron relaciones sexuales, tal como entendía este término según su definición en mi declaración jurada del 17 de enero de 1998. No obstante, sí hubo un contacto íntimo e impropio. (... )Pregunta(el señor Bittman quiere saber más): ¿Y este contacto con la señorita Lewinsky, señor presidente, incluía algún contacto sexual de cualquier tipo? Respuesta: Señor Bittman, dije que estaba conforme con los términos de la declaración. Creo que está claro lo que es un contacto sexual poco apropiado. He dicho lo que no incluía. No incluía penetración, y no creía que incluía una conducta que encaja con la definición que se me dió en la declaración Jones. Y me gustaría quedarme con esa definición (...). (declaración completa judicial efectuada por el presidente Clinton el 18 de agosto de 1998)
Pero como en todo juicio hay dos partes, su declaración chocó frontalmente con lo dicho por Monica Lewinsky ante el jurado.
Más información en El Mundo
Más información Informe Starr
Reacciones hubo para todos los gustos, quienes mostraron su vergüenza por olvidar asuntos de Estado importantes para ocuparnos de asuntos de alcoba, eso sí, en el despacho oval:
"No es admisible que mientras el presidente le habla al cónclave de la ONU, que espera de él la puesta en marcha de una estrategia eficaz para afrontar los problemas existenciales de la paz y del hambre en el mundo, la gente de la calle esté siguiendo en el vídeo sus contorsiones, sus reticencias y sus distingos anatómicos, dignos del más desprevenido seminarista bajo la persecución de un Inquisidor, que me hace pensar con nostalgia en los del peor Santo Oficio. (...)Parece que la transmisión ha batido todos los índices de audiencia. Y probablemente, en el plano humano, ha ayudado más que perjudicado a Clinton, haciendo aparecer el lado incauto del presidente, que es el lado pobre de la inocencia. Pero, en cualquier caso, la transmisión ha destruido la imagen del presidente y no le deja otra alternativa que marcharse.Indro Montanelli/Elmundo.
O quienes, como Mario Vargas Llosa, con el arte literario que le caracteriza, nos da un vuelco al razonamiento :
"Aunque yo estoy a favor de que se respete la vida privada de la gente, desde luego, no comparto esa desdeñosa recusación del «sistema estadounidense» como ingenuo y ridículo. Quienes lo ningunean con tanta jactancia se quedan en la superficie y no advierten que, bajo las manifestaciones cómicas o grotescas a que puede dar lugar, como es el caso del «escándalo Lewinsky», esa vigilancia ilimitada, feroz, que escudriña incluso los más secretos rincones de la conducta de quien detenta un cargo público, en verdad refleja una desconfianza profunda hacia el poder y una voluntad férrea de impedir que quien lo ocupa abuse de él o se eternice ejerciéndolo.
No es puritanismo religioso sino iconoclasia cívica lo que determina ese escrutinio permanente y abrumador a que son sometidos los dirigentes políticos en Estados Unidos: una manera de recordarles a diario que son seres de carne y hueso y que no les está permitido convertirse en estatuas ni creerse semidioses, aunque tengan mucho éxito en su gestión y los votos los hayan llevado a la presidencia del país más poderoso del mundo.
Esa tradición la heredó Estados Unidos de Inglaterra, el país que premió a Winston Churchill —lo más parecido que ha tenido en su historia a «un hombre fuerte», que la había llevado a resistir a Hitler y a ganar una guerra que parecía perdida— con una ignominiosa derrota en las urnas.(...)Hay quienes piensan, de buena fe, que el hecho de que un país entero quede poco menos que paralizado por una idiotez pintoresca como la mancha de semen en la "pollera" de Mónica Lewinsky y el manoseo chismográfico a que con este motivo es sometido el presidente, revela una debilidad neurálgica del sistema, una falla que podría a la larga provocar su desplome.
En verdad, ocurre exactamente lo contrario. En Estados Unidos los presidentes —y los políticos en general— son más débiles y vulnerables que en otras partes; pero, gracias a ello mismo, su sistema es más seguro y más sólido que en otras democracias. No depende, en lo fundamental, de quienes lo administran, aunque, por supuesto, algunos dirigentes cumplan mejor y otros peor con las funciones que se les confían. Pero, todos ellos son prescindibles y ésa es la gran lección que, de manera consciente o inconsciente, saca la sociedad norteamericana de las crisis periódicas que remecen a la clase política". .© Mario Vargas Llosa (1998).
Acorralado por la presión mediática, dicen los "malpensados" que ordenó el ataque a Sudán y Afganistán, el 20 de agosto de 1998, es decir, dos días después de su declaración.
(El Mundo,21 agosto 1998).
No hay comentarios:
Publicar un comentario