1 de noviembre de 2008

La recesión en EE UU quebranta la economía mundial

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HARTAZGO es lo que tengo de la crisis económica actual, que parece que jamás hubiéramos vivido nada igual.

Yo he vivido varias y creo que la diferencia entre las crisis anteriores y ésta, es que ahora todo se exagera hasta la extenuación, el exceso de información nos ahoga y nos dirige inexorablemente hacia aquello que tanto tememos, la recesión anunciada.

Recuerdo particularmente la crisis de los 80 como el peor momento económico de España. Cuando se han vivido unos cuantos años se comprende que los ciclos lo invaden todo.

Artículo sobre la recesión de EEUU; el pensamiento es del premio Nobel de Economía Paul Samuelson, y tiene sorpresa final para quien se lo lea entero:
Samuelson afirma que Irak ha asestado, a los americanos y al mundo, un shock de oferta que empeora la inflación a corto plazo y se pregunta ¿por qué se ha actuado tan remisamente para paliar la actual recesión económica? ...cuando es la Reserva Federal quien puede emplear sus instrumentos de dinero fácil para reavivar la economía americana y asegurarse de que ésta no arrastre al mundo a una recesión....

Ya es casi oficial: América se encuentra en una recesión. Cae la producción. Crece el desempleo. Se resienten los beneficios. Hasta el presidente Bush ha empleado públicamente la temida palabra que empieza con R.

Pero ha tranquilizado a la gente: cualquier recesión será corta y poco profunda. Me reservo el juicio sobre este punto.

Atengámonos a los hechos e intentemos analizar lo que, probablemente, signifiquen para Europa y Asia y para los mercados financieros y de bienes en Norteamérica.

Una reciente encuesta, realizada entre los 50 principales bancos, sociedades y universidades de Estados Unidos, revela que el 80% de ellos prevé que el PNB real estadounidense será inferior la próxima primavera al del otoño pasado.

Las importaciones americanas ya han disminuido. Si no se toma en cuenta el alto precio que pagan los estadounidenses por el petróleo, parece que la caída de las importaciones es aún más acelerada.
Italia, España y el Reino Unido corren un peligro semejante de verse defraudados en sus expectativas de exportaciones a Norteamérica. Las importaciones de automóviles están bajando.

A medida que el dólar se debilita..., los fabricantes norteamericanos se han hecho un poco más competitivos. Tampoco se vislumbra aún el final de la depreciación del dólar.


¿Qué se puede decir de la escalada militar americana en el golfo Pérsico? ¿Supondrá ello una inyección de dinero para la economía mundial, tal y como ocurrió en 1950 con la implicación de Estados Unidos en la guerra de Corea?

El mundo podría preguntarse: ¿por qué no pueden las autoridades americanas, en esta era pos-keynesiana, conseguir reavivar las perspectivas de un aterrizaje suave y seguro? ¿Por qué no puede la Reserva Federal emplear sus instrumentos de dinero fácil para reavivar la economía americana y asegurarse de que ésta no arrastre al mundo a una recesión ...?

En primer lugar, quiero dejar bien claro que la política monetaria de la Reserva Federal es la única arma hoy posible para la estabilización de la macroeconomía. La política económica de Reagan en la década de los ochenta nos ha legado la envenenada herencia de un déficit presupuestario estructural y crónico. Ha tirado por la borda cualquier esperanza de emplear la política presupuestaria como programa para el estímulo económico.

En segundo lugar, es necesario que se entienda que no existe ninguna tendencia inherente al sistema americano de mercado que acabe espontáneamente e invierta una inflación de tan lento crecimiento como la presente.

A la larga, es evidente que existen algunas fuerzas de mercado que llevarán a restablecer las oportunidades de empleo. La nueva Escuela de las Expectativas Racionales se equivoca si piensa que el sistema económico tiende, a corto plazo, al pleno empleo sin inflación: la recesión de 1980-1982 nos enseñó esa lección.

De acuerdo entonces en que la Reserva Federal es la única esperanza norteamericana para mejorar la inestabilidad del capitalismo.

¿Por qué no me siento optimista en cuanto a que el presidente federal pueda llevar a cabo.... lo que el presidente federal Paul Volcker consiguió en 1982: su inteligente uso de medidas discrecionales de dinero abundante para lanzar la larga recuperación mundial de la década de los ochenta?

Por lo menos tres de los 12 miembros con voto del Comité Federal del Mercado Abierto se niegan a promover tasas menores de inflación ni créditos fáciles. Están obsesionados con la cruzada de conseguir ...la estabilidad del nivel de precios. Están dispuestos a aceptar el coste de una o más recesiones, o incluso un paro mundial que, a la postre, pagará el hombre de la calle en todas partes.

La mayoría de las autoridades de la Reserva Federal es más razonable, menos dogmática que los monetaristas Impenitentes. ¿Por qué, entonces, se ha actuado tan remisamente para paliar esta recesión?

Es triste contemplar al gobernador de un banco emisor perder la cabeza. (¡Mucho peor aún es contemplar cómo el gobernador de un banco emisor se empeña en seguir un camino que le lleva al desastre!)

Sí. La Reserva Federal debe aplicar su estímulo antirrecesivo bajo la constricción real de los altos y crecientes tipos de interés de Alemania y Japón.

Sí. Irak nos ha asestado, a los americanos y al mundo, un shock de oferta que empeora la inflación a corto plazo.
El banco emisor no puede ser independiente por mucho tiempo en una democracia. O bien la Reserva Federal vuelve a sus cabales por sí misma, o tendrá que obedecer a las fuerzas que se desaten cuando el desempleo se eleve por encima del 7%.

Los hechos no justifican aún el temor de que el mundo se esté hundiendo. Sin embargo, sí alerta a la gente de todas partes sobre el hecho de que el largo boom americano de la década de los ochenta ya forma parte de la historia.



Así que, aunque por momentos, parecía un artículo escrito en noviembre de 2008, en realidad está fechado a comienzos del año 1991. Esto se debe a que los norteamericanos parece que tienen tendencia a duplicar, presidentes y guerras.

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